Las empresas que quieren diferenciarse de sus competidores y asegurarse excelentes oportunidades necesitan comprender qué es el capital intelectual y cómo gestionarlo.
El mercado se ha transformado profundamente debido a la globalización, los avances tecnológicos y la era de la información. Por ello, nuevos modelos de gestión han comenzado a tomar fuerza y se están adoptando con frecuencia.
La atención de las organizaciones se ha volcado por completo a la gestión del personal y la formación intelectual de sus colaboradores. Al reconocer que las personas son el activo más preciado de las organizaciones, ha sido más fácil comprender la importancia del capital intelectual y sus ventajas.
Ofrecer oportunidades de formación y aprendizaje significa tener empleados más comprometidos y motivados, que, en consecuencia, brindan servicios de alta calidad y ayudan a asegurar la ventaja competitiva de la organización.
En la actualidad, pueden existir dudas respecto a invertir en la capacitación y el desarrollo de habilidades. Por eso, en este artículo te explicamos qué es el capital intelectual, sus beneficios para las empresas y cómo invertir en profesionales. ¡Sigue leyendo!
Qué es el capital intelectual y cómo se divide
El capital intelectual es un activo intangible que genera valor para una empresa y la ayuda a obtener una ventaja competitiva en el mercado. Es un valor generado por el conocimiento y el trabajo de las personas en las organizaciones.
Por ello, el capital intelectual no está en los recursos o en la infraestructura de la empresa, por ejemplo. Es un concepto subjetivo, que se encuentra en la capacidad de generar conocimiento e innovación, y en otros varios factores que suceden dentro de una compañía.
¿Es lo mismo capital intelectual que capital humano?
Suele haber cierta confusión entre estos dos términos. La diferencia es que el capital intelectual es mucho más amplio e involucra otros aspectos, por lo que se subdivide así:
- Capital humano
Es el conjunto de todos los recursos relacionados con las personas de una organización, como el talento, la experiencia y el conocimiento de los empleados y socios.
- Capital estructural
Implica el uso de información, datos y herramientas de la organización. Este conjunto incluye documentos, metodologías, bases de datos, sistemas contables, secretos comerciales, programas de capacitación y demás procesos esenciales que facilitan las operaciones comerciales.
- Capital relacional
Son las relaciones internas y externas. Incluye la percepción que tienen las personas de la empresa y el nivel de relación de la organización con proveedores, clientes, accionistas, etc.
¿Por qué es importante que las empresas inviertan en capital intelectual?
El primer paso es comprender cómo el capital intelectual puede proporcionar a las empresas una ventaja competitiva.
En un mercado dinámico y altamente competitivo, contar con este diferencial garantiza la supervivencia de un negocio, su visibilidad y una posición privilegiada. Es así como las empresas crecen y se convierten en referencias de los negocios.
Además de esta, existen otras ventajas por las cuales es importante invertir en capital intelectual. A continuación enumeramos las principales:
Valoración de los empleados
Cuando una empresa tiene una política de valoración de su capital humano, invierte en las personas y obtiene el mejor retorno de la inversión:
- Empleados satisfechos
- Equipos motivados
- Mayor productividad
- Empleados comprometidos con los valores de la empresa
Al invertir en la formación y el desarrollo de sus equipos, la empresa les permite crecer junto con el negocio. Los empleados entenderán qué es el capital intelectual, conocerán su importancia y sentirán que son parte importante del desarrollo de este concepto.
Además, la capacitación y mejora pueden ser beneficios que los empleados desean tener, pero no pueden hacerlo porque no tienen tiempo fuera de su horario laboral.
Este problema —y otros— no sucede cuando la organización tiene un programa de formación y desarrollo, ya que el aprendizaje se da durante la jornada laboral, incluso dentro de la propia empresa.
Reducción de la rotación en la empresa
Cuando los empleados no se sienten valorados, tienden a sentirse insatisfechos y sin motivación para trabajar en el mismo lugar por mucho tiempo. Por esta razón, la alta rotación de empleados (turnover) es, de hecho, uno de los principales cuellos de botella en muchas organizaciones.
Por otro lado, aunque la empresa contrate excelentes profesionales, es posible que ellos se desactualicen con el tiempo. Así, en algunos casos la compañía despide a los empleados por su falta de conocimiento o dominio de las tareas que deben realizar.
De este modo, es evidente que la inversión en capital intelectual tiene beneficios tanto para los empleados como para las empresas.
Tres consejos sobre cómo gestionar el capital intelectual de su organización
Ya que hemos visto por qué vale la pena invertir en capital intelectual, es hora de definir cómo ponerlo en práctica.
1. Gestionar el conocimiento
Imagina que en tu empresa hay una persona que domina una práctica específica. Sin embargo, solo ella puede realizar esta actividad en particular; ¿qué pasará cuando se vaya?
Uno de los mayores problemas de la centralización del conocimiento es que todo el equipo termina dependiendo de esa única persona, y esto puede provocar retrasos en los procesos e incluso sobrecargar al empleado en cuestión.
Por tanto, una de las mejores formas de gestionar el conocimiento es compartir los saberes entre los miembros del equipo. Cuantos más empleados especializados haya, mayor será el apoyo para cada área en el día a día.
De esta forma, cuando algún trabajador se ausente, otro podrá continuar su actividad sin tener que interrumpir los demás procesos. Esto también es importante para la rotación de tareas entre los empleados, que es una de las prácticas de desarrollo del conocimiento.
2. Habilitar la aplicación del conocimiento
Crear espacios y situaciones para que los empleados pongan en práctica lo que aprenden es fundamental para no desperdiciar el capital intelectual adquirido.
Si no existe una actividad que involucre este nuevo aprendizaje, es necesario realizar gestión del conocimiento, aprovechando para desarrollar otras habilidades como las soft skills.
Pídele a tus empleados que enseñen a sus compañeros lo que aprenden, aunque sea teóricamente. Organiza una miniconferencia o incluso un conversatorio para hacer que esto suceda.
3. Capacitar al equipo
El concepto de capital intelectual implica tres factores, como ya hemos visto. Sin embargo, sin un personal calificado, el resto no tiene sentido. Por ello, podemos decir que el capital humano es fundamental en este contexto.
Al contar con un programa de capacitación y desarrollo, la empresa crea una cultura de aprendizaje continuo. Esto puede hacerse de forma general con temas amplios, o específicamente por sectores.
Si los empleados de tu empresa utilizan el inglés a diario pero tienen dificultades con el lenguaje especializado del mercado de la empresa, es hora de invertir para mejorar su competencia en este idioma.
Al promover cursos de inglés profesional, la compañía crea un espacio para que sus empleados se desarrollen y entreguen resultados aún mejores.
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Todos ellos están gamificados y se basan en el sistema de machine learning. Esto significa que los contenidos se personalizan según los conocimientos y las necesidades de cada empleado, lo que facilita su aprendizaje.
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